[...continua de la PARTE 1: ¿En el vocabulario de las 5LB no existen las palabras ¨enfermedad¨y ¨curación¨? Acá el porqué..]
Porque la pregunta "¿Conoces a alguien que se haya curado con las 5 Leyes Biológicas" o peor "con el Método Hamer" no puede tener respuesta?
El problema lingüístico (1) emerge de las fricciones al interior de un campo semántico en transmutación, en que nuevos significados hacen parecer la pregunta sobre la ¨curación¨ carente de sentido y por ende sin respuesta.
A esta pregunta relativa a la curación con las 5 leyes biológicas responderemos en las PARTES sucesivas de este texto.
2) Pero antes, sin tener que proyectarnos en el futuro de un nuevo modelo cultural, desmontemos pieza por pieza la estructura actual del significado y nos daremos cuenta de que la pregunta sobre la curación, en general, no puede tener una respuesta única.
No es un argumento fácil: en el límite de las posibilidades dare lo mejor para desensamblar, sacudir y ordenar los aspectos de esta cuestión, o al menos aquello que me parece más importante. Ciertamente no serán los únicos posibles sino todo lo contrario...pero espero que sea suficiente para abrir la reflexión.
Para hacerlo, la pregunta inicial debe ser reformulada.
DISTINTOS SIGNIFICADOS DE LA PALABRA "CURACIÓN"
a) Curarse de lo desconocido
En efecto, concretamente, ¿cuándo consideramos que alguien se vuelve ¨enfermo¨?
No es llamado ¨enfermo ¨el que sufre una herida, una fractura accidental, una quemadura, condiciones con una causa macroscópica, indiscutible, bien definida de la cual se conoce muy bien el curso espontáneo de ¨curación¨.
Si la misma quemadura aparece sobre la piel sin haber tenido contacto con un elemento quemante, como de la nada, esta condición sería ciertamente diagnosticada como una ¨enfermedad¨, sobretodo si persiste durante un tiempo que exceda la esperada y espontánea ¨curación¨.
No es cuando el malestar en sí, contrapuesto al estado de bienestar, lo que hace a la persona ¨enferma¨: la condición necesaria para que el ¨estar mal¨ comprenda lo ¨maligno¨ es solo un elemento: lo desconocido, con sus infinitas caras de lo invisible, de lo incontrolable, de lo esquivo microscópico.
"Enfermo" es cualquier alteración que no está dentro de los parámetro estándar, no por motivos macroscópicos como un accidente, sino por causas invisibles, tortuosas, incontrolables o del todo desconocidas haciéndole ¨mal¨ al cuerpo; en consecuencia de esto será incierta la expectativa de curación, como incierto será el remedio.
b) ¿ Estás oficialmente curado?
En efecto, para el estado de ¨enfermo¨ el malestar no es ni siquiera necesario: aun en total ausencia de molestias alcanza con un diagnóstico que defina alteraciones con origen poco claro, por ejemplo en los valores de la sangre.
En la mayoría de los casos de nuestra cultura se comienza a estar ¨enfermo¨ cuando se identifica una etiqueta diagnóstica que pone un nombre a una condición, sea en presencia o en ausencia de un estado de malestar.
La "enfermedad" comienza con un diagnóstico y en consecuencia termina con la certificación, blanco sobre negro, que el diagnóstico inicial ya no se encuentra en el cuerpo.
Al punto que, con un diagnóstico de "enfermedad para toda la vida", aún en ausencia de síntomas una persona será "enferma para toda su vida".
Se configuran así aquellas condiciones que llamaré de ¨enfermo heteronómico¨: son los casos en que alguien es considerado enfermo por ninguna otra razón sino sólo porque se lo han dicho que lo está.
Hemos ya observado que en nuestra época el sólo avance tecnológico, o un cambio en la convenciones de los parámetros sanitarios es capaz de transformar de un día al otro un individuo sano en enfermo.
En este caso la ¨enfermedad¨ y la ¨curación¨ están estrechamente ligados al acto oficial del diagnóstico y a su decadencia.
A menudo este hecho burocrático que imprime etiquetas estáticas puede no considerar el movimiento del proceso fisiológico, que no será jamás inamovible en el tiempo sino que, por naturaleza, es dinámico.
No son raros los casos en que una condición considerada estáticamente ¨incurable¨ es desmentida por la realidad de una remisión espontánea incomprensible [ITA], al límite de lo milagroso.
En síntesis y para comenzar: cuando alguien hace la fatídica pregunta sobre la curación ¨¿Te has curado?¨, en general se está preguntado sobre una etiqueta diagnóstica que estaba presente al principio y que luego fue descartado en base a los exámenes clínicos.
O sea, independientemente de la presencia de algún malestar, una alteración de valores estándar que estaba presente primero ahora no está más.
Para poder reducir el tema a términos burocráticos es necesario cerrar la condición de ¨curado¨ entre los muros del fallido/arreglado de un lado y del otro del exorcismo de un ¨monstruo¨que tiene que ser expulsado.
En efecto, sólo ante un enemigo que hay que derrotar se puede contraponer una lucha por la ¨curación¨, la cual se traduce en una afanosa carrera a la victoria final.
Bajo esta óptica maniqueista tenemos sólo dos valores: derrota-enfermedad / victoria-curación.
c) ¿Te sientes curado?
El aspecto burocrático del registro clínico presenta un cuadro en blanco y negro que es irreal, porque en la realidad la ¨curación¨ se expresa en una infinidad de grises.
Aun cuando se tratase del peor ¨monstruo¨ (cáncer), muchas de estas neoplasias no dan problemas y a menudo se puede convivir con ellas. A veces la medicina incluso no interviene, porque se sabe que estas ¨anomalías¨ poco claras pueden retroceder o que no evolucionarán o a veces no constan de medios eficaces para hacer alguna cosa.
Un ejemplo es el abordaje conservado para el tumor de la tiroides [ITA].
Entonces, en estos casos ¿a quien se lo define como ¨curado¨?
Cualquiera que, luego de un diagnóstico preocupante, que ahora convive con un nódulo en la tiroides ¿Está enfermo o curado?
¿Alguien que ha visto achicarse un tumor está curado?
Alguien que, a pesar de un diagnóstico, vive bien y sin molestias ¿está curado?
O si no ha tenido la ¨absolución¨del diagnóstico debe ser considerado todavía ¨enfermo¨?
En estas condiciones intermedias tal vez el estado de ¨enfermo¨ o ¨curado¨ tiene más que ver con una percepción subjetiva , que evidentemente está conectada con la propia historia personal, las propias creencias, y aquellas de la propia época. Acá hemos discutido bastante el tema de las creencias.
El hecho está en que en la realidad no existe el blanco y negro, sino que estamos siempre inmersos en uno de los infinitos grises intermedios.
Entonces, qué está pidiendo verdaderamente el que pregunta ¿ ¨conoces a alguno que se haya curado? o ¿te has curado?
Si la pregunta no se refiere a la más superficial de las cuestiones burocráticas (b), entonces el estado de ¨curado¨ o ¨enfermo¨ se transforma en un hecho totalmente subjetivo y personal.
¿Te sientes curado?
Porque la pregunta "¿Conoces a alguien que se haya curado con las 5 Leyes Biológicas" o peor "con el Método Hamer" no puede tener respuesta?
El problema lingüístico (1) emerge de las fricciones al interior de un campo semántico en transmutación, en que nuevos significados hacen parecer la pregunta sobre la ¨curación¨ carente de sentido y por ende sin respuesta.
A esta pregunta relativa a la curación con las 5 leyes biológicas responderemos en las PARTES sucesivas de este texto.
2) Pero antes, sin tener que proyectarnos en el futuro de un nuevo modelo cultural, desmontemos pieza por pieza la estructura actual del significado y nos daremos cuenta de que la pregunta sobre la curación, en general, no puede tener una respuesta única.
No es un argumento fácil: en el límite de las posibilidades dare lo mejor para desensamblar, sacudir y ordenar los aspectos de esta cuestión, o al menos aquello que me parece más importante. Ciertamente no serán los únicos posibles sino todo lo contrario...pero espero que sea suficiente para abrir la reflexión.
Para hacerlo, la pregunta inicial debe ser reformulada.
DISTINTOS SIGNIFICADOS DE LA PALABRA "CURACIÓN"
a) Curarse de lo desconocido
En efecto, concretamente, ¿cuándo consideramos que alguien se vuelve ¨enfermo¨?
No es llamado ¨enfermo ¨el que sufre una herida, una fractura accidental, una quemadura, condiciones con una causa macroscópica, indiscutible, bien definida de la cual se conoce muy bien el curso espontáneo de ¨curación¨.
Si la misma quemadura aparece sobre la piel sin haber tenido contacto con un elemento quemante, como de la nada, esta condición sería ciertamente diagnosticada como una ¨enfermedad¨, sobretodo si persiste durante un tiempo que exceda la esperada y espontánea ¨curación¨.
No es cuando el malestar en sí, contrapuesto al estado de bienestar, lo que hace a la persona ¨enferma¨: la condición necesaria para que el ¨estar mal¨ comprenda lo ¨maligno¨ es solo un elemento: lo desconocido, con sus infinitas caras de lo invisible, de lo incontrolable, de lo esquivo microscópico.
"Enfermo" es cualquier alteración que no está dentro de los parámetro estándar, no por motivos macroscópicos como un accidente, sino por causas invisibles, tortuosas, incontrolables o del todo desconocidas haciéndole ¨mal¨ al cuerpo; en consecuencia de esto será incierta la expectativa de curación, como incierto será el remedio.
b) ¿ Estás oficialmente curado?
En efecto, para el estado de ¨enfermo¨ el malestar no es ni siquiera necesario: aun en total ausencia de molestias alcanza con un diagnóstico que defina alteraciones con origen poco claro, por ejemplo en los valores de la sangre.
En la mayoría de los casos de nuestra cultura se comienza a estar ¨enfermo¨ cuando se identifica una etiqueta diagnóstica que pone un nombre a una condición, sea en presencia o en ausencia de un estado de malestar.
La "enfermedad" comienza con un diagnóstico y en consecuencia termina con la certificación, blanco sobre negro, que el diagnóstico inicial ya no se encuentra en el cuerpo.
Al punto que, con un diagnóstico de "enfermedad para toda la vida", aún en ausencia de síntomas una persona será "enferma para toda su vida".
Se configuran así aquellas condiciones que llamaré de ¨enfermo heteronómico¨: son los casos en que alguien es considerado enfermo por ninguna otra razón sino sólo porque se lo han dicho que lo está.
Hemos ya observado que en nuestra época el sólo avance tecnológico, o un cambio en la convenciones de los parámetros sanitarios es capaz de transformar de un día al otro un individuo sano en enfermo.
En este caso la ¨enfermedad¨ y la ¨curación¨ están estrechamente ligados al acto oficial del diagnóstico y a su decadencia.
A menudo este hecho burocrático que imprime etiquetas estáticas puede no considerar el movimiento del proceso fisiológico, que no será jamás inamovible en el tiempo sino que, por naturaleza, es dinámico.
No son raros los casos en que una condición considerada estáticamente ¨incurable¨ es desmentida por la realidad de una remisión espontánea incomprensible [ITA], al límite de lo milagroso.
En síntesis y para comenzar: cuando alguien hace la fatídica pregunta sobre la curación ¨¿Te has curado?¨, en general se está preguntado sobre una etiqueta diagnóstica que estaba presente al principio y que luego fue descartado en base a los exámenes clínicos.
O sea, independientemente de la presencia de algún malestar, una alteración de valores estándar que estaba presente primero ahora no está más.
Para poder reducir el tema a términos burocráticos es necesario cerrar la condición de ¨curado¨ entre los muros del fallido/arreglado de un lado y del otro del exorcismo de un ¨monstruo¨que tiene que ser expulsado.
En efecto, sólo ante un enemigo que hay que derrotar se puede contraponer una lucha por la ¨curación¨, la cual se traduce en una afanosa carrera a la victoria final.
Bajo esta óptica maniqueista tenemos sólo dos valores: derrota-enfermedad / victoria-curación.
c) ¿Te sientes curado?
El aspecto burocrático del registro clínico presenta un cuadro en blanco y negro que es irreal, porque en la realidad la ¨curación¨ se expresa en una infinidad de grises.
Aun cuando se tratase del peor ¨monstruo¨ (cáncer), muchas de estas neoplasias no dan problemas y a menudo se puede convivir con ellas. A veces la medicina incluso no interviene, porque se sabe que estas ¨anomalías¨ poco claras pueden retroceder o que no evolucionarán o a veces no constan de medios eficaces para hacer alguna cosa.
Un ejemplo es el abordaje conservado para el tumor de la tiroides [ITA].
Entonces, en estos casos ¿a quien se lo define como ¨curado¨?
Cualquiera que, luego de un diagnóstico preocupante, que ahora convive con un nódulo en la tiroides ¿Está enfermo o curado?
¿Alguien que ha visto achicarse un tumor está curado?
Alguien que, a pesar de un diagnóstico, vive bien y sin molestias ¿está curado?
O si no ha tenido la ¨absolución¨del diagnóstico debe ser considerado todavía ¨enfermo¨?
En estas condiciones intermedias tal vez el estado de ¨enfermo¨ o ¨curado¨ tiene más que ver con una percepción subjetiva , que evidentemente está conectada con la propia historia personal, las propias creencias, y aquellas de la propia época. Acá hemos discutido bastante el tema de las creencias.
El hecho está en que en la realidad no existe el blanco y negro, sino que estamos siempre inmersos en uno de los infinitos grises intermedios.
Entonces, qué está pidiendo verdaderamente el que pregunta ¿ ¨conoces a alguno que se haya curado? o ¿te has curado?
Si la pregunta no se refiere a la más superficial de las cuestiones burocráticas (b), entonces el estado de ¨curado¨ o ¨enfermo¨ se transforma en un hecho totalmente subjetivo y personal.
¿Te sientes curado?
d) ¿Conoces a alguien que haya podido salir del túnel de la enfermedad?
Detrás del velo de ¿Conoces a alguien que se haya curado? rara vez se puede filtrar una pregunta más profunda, que quien ha experimentado la complejidad del fenómeno ¨enfermedad¨ puede reconocer, consciente de no encontrarse frente a un interruptor ON/OFF, enfermo/curado.
En este caso la pregunta puede ser traducida así:
¿Conoces a alguien que ha podido salir del túnel (del cáncer o de otra enfermedad?
¿Cuál túnel?
Esto atrae la atención a un hecho, tan obvio como inútil: quien se encuentra imprevistamente ¨enfermo¨ tiene mucho más que afrontar que el sólo proceso orgánico.
La ¨enfermedad¨ es una condición que abate cada punto de referencia, barre con el propio ser, las relaciones, el rol social, y la vida entera cae dentro de un túnel.
En este caso la pregunta puede ser traducida así:
¿Conoces a alguien que ha podido salir del túnel (del cáncer o de otra enfermedad?
¿Cuál túnel?
Esto atrae la atención a un hecho, tan obvio como inútil: quien se encuentra imprevistamente ¨enfermo¨ tiene mucho más que afrontar que el sólo proceso orgánico.
La ¨enfermedad¨ es una condición que abate cada punto de referencia, barre con el propio ser, las relaciones, el rol social, y la vida entera cae dentro de un túnel.
Aquello que es generalmente considerado algo secundario, de las consecuencias accesorias de una condición física, frecuentemente es en cambio el centro de gravedad de eso que llamamos ¨enfermedad¨.
Al igual que un agujero negro, el cual no se puede ver sino su infinidad es capaz de absorberlo todo.
Se abre así un universo facetas infinitas que aniquilan cualquier pregunta en torno a la ¨curación¨.
Entonces la respuesta a ¿Conoces a alguien que ha podido salir del túnel? es: sin duda SÍ.
Conozco algunos que, no obstante todo y con los medios más disparatados, han logrado acompañar a la propia vida fuera de este túnel.
[En los próximos días continuaremos con el tema CURACIÓN con la PARTE 3: ¿Alguien se ha curado alguna vez con métodos alternativos?]
Immagine grafica en licencia CC de European Southern Observatory
Al igual que un agujero negro, el cual no se puede ver sino su infinidad es capaz de absorberlo todo.
Se abre así un universo facetas infinitas que aniquilan cualquier pregunta en torno a la ¨curación¨.
Entonces la respuesta a ¿Conoces a alguien que ha podido salir del túnel? es: sin duda SÍ.
Conozco algunos que, no obstante todo y con los medios más disparatados, han logrado acompañar a la propia vida fuera de este túnel.
[En los próximos días continuaremos con el tema CURACIÓN con la PARTE 3: ¿Alguien se ha curado alguna vez con métodos alternativos?]
Immagine grafica en licencia CC de European Southern Observatory