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Los postes de tendido eléctrico de Sesto San Giovanni y los tumores

Hoy, los periódicos están hablando de un tema muy sensible y difícil, que es el de las casas construidas en las cercanías de estructuras peligrosas para la salud.

En particular la noticia del "condominio de los tumores" en Sesto San Giovanni [ITA] me sorprende, porque el dolor de aquellos que se ven obligados a vivir a diario con miedo es palpable.
No conozco los hechos directamente, no sé nada de esa área, también estoy desinformado sobre lo que las autoridades han medido y las actividades de la Asociación de vía Sottocorno.
Realmente es extraño todo eso, y me quedan solo las leyes biológicas y el sentimiento de angustia y enojo en el que las familias están inmersas.
Ahora trataría de agregar un pequeño punto de vista que puede parecer irrelevante, pero que a menudo escapa a las máquinas que miden fenómenos como el electromagnetismo y las máquinas que miden los procesos del cuerpo. También escapa quien lee e interpreta los datos.


Tomo de las noticias algunas frases que pintan una imagen:

Los postes “Chispean todo el tiempo”, cuenta una señora. Hoy que no llueve. “Con el agua es aún peor, las descargas eléctricas son una locura”

Bienvenidos a la ciudad de tumores

Dos años atrás he tenido un cáncer de garganta- cuenta el señor Giorgio, ex taxista- muchos aquí han muerto. Dos colegas: tumores de cerebro”

De 23, siete se han enfermado de tumores de cerebro, otros nueve, de cáncer de páncreas. Y también hay casos de leucemia.“Papà¿que es un tumor?”, pregunta una nena

De los casos de tumores confirmados, 19 se han verificado en los últimos cinco años

muchos de los casos de tumores en la Vía Sottocorno están vinculados a habitantes cuyas ventanas se encuentran justo frente a los postes

una solución para aclarar las dudas sería enterrar los cables.


Entonces hay postes de luz, casas y enfermedades.
Es como hacer 1+1+1.
Pero falta considerar un elemento importante, el más importante: la persona.
No estamos acostumbrados a tratar con lo que traemos cuando debemos evaluar fenómenos sociales o fenómenos que nos parecen mecánicos, pero en este caso, como en muchos otros, el estado emocional, el estado de alerta a los límites del pánico que se ha creado es muy relevante.
Según las 5 leyes biológicas de la naturaleza, un organismo reacciona al medio ambiente tratando de adaptarse cuando se encuentra en un estado insostenible de supervivencia.
De hecho, no conocemos la vida de cada persona del pueblo, y es imposible, además de irrespetuoso con el mundo variado e ilimitado que existe en cada uno de nosotros, generalizar con un simple juicio. Todos viven de una manera profundamente diferente a la de otro.
Pero lo que es cierto y no puede ser indiferente es el dramático estado de creciente angustia en que el pueblo se ha sumergido desde hace algunos años a esta parte.

Admitamos como un absurdo que todas las enfermedades diagnosticadas son causadas por la situación, y notamos cómo las reacciones de los organismos individuales son diferentes: garganta, leucemia, páncreas, cerebro ... cada órgano reacciona en base a su función.
No es "las ondas electromagnéticas producen este efecto" (que, sin embargo, la ciencia no puede detectar) sino que "esta persona responde de esta manera a las ondas electromagnéticas".
Insisto en este punto porque la persona como centro de atención es la base para entender este enfoque.
Pero si están aquellos que, en esta situación de angustia constante, pueden encontrarse llegando a casa todas las noches asustados al ver esas lanzas amenazantes, que cada minuto que ven desde su ventana se sienten atrapados en el estómago, que pueden sentir profunda culpa por no poder garantizarle a su hijo un lugar seguro para vivir, que puede sentirse atrapado económicamente porque no puede escapar de esa pesadilla, que perciba el contacto de ondas electromagnéticas sobre la piel, que soñaba con tener su hogar y de repente lo encuentre en grave peligro, que durante mucho tiempo debe soportar la injusticia...
Estas son experiencias concretas que impregnan la vida del individuo, e incluso sin conocer a estas personas, puedo imaginar que muchos, incluso en condiciones similares, pueden sentirse reflejados.

Ningún peligro, ningún
motivo para dejar el nido
Como ya hemos visto en otro lugar, un animal no demasiado pensante no permanece en un nido peligroso durante más de un cierto tiempo y busca otro. Pero dado que tenemos reglas sociales, a menudo nos encontramos varados en situaciones no biológicas en las que también nos vemos forzados durante mucho tiempo, mientras que el cuerpo, por simple instinto de supervivencia, hace cosas.
Y esto me parece, aunque no tengo información sino la de los periódicos, es la situación en este condominio. Pero sigue siendo solo una referencia como ejemplo plausible.

No entro en el tecnicismo de las leyes biológicas, cuya precisión matemática se expresa única y exclusivamente en presencia de la persona con su experiencia y percepción particular, hacer generalizaciones es la mejor manera de hacer que estos conocimientos sean ineficaces e inadecuados.

Pero lo que saben hacer mejor es ayudar a romper ciertos patrones y películas mentales que constantemente proyectamos en nuestras cabeza y nos obligan a entrar en un túnel de miedo del cual no sabemos como salir.
La toma de conciencia profunda de que los campos electromagnéticos pueden tener efectos, es real, pero no tienen nada que ver con enfermedades y tumores, excepto en relación con la percepción visceral que tengo de mi realidad única y personal, puede actuar mucho sobre el miedo y mover incluso un grado esta percepción. Aún cuando las creencias están profundamente arraigadas, y se necesita mucho tiempo y esfuerzo cambiarlas.
Este es el motivo por el cual me tomo el tiempo de escribir estos artículos que , aún siendo imprecisos, espero puedan estimular la curiosidad para profundizar en este tema que siento fundamental para la vida de todos.

El caso de Sesto San Giovanni, espero tenga un epílogo definitivo y suficientemente simple técnicamente, que es que entierren los cables como lo han hecho en Milán, porque para muchas personas esa puede ser la ocasión de romper la jaula y salir de una situación no-biológica de constante amenaza.



traducción y dirección

Matelda Lisdero

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