Robert Gallo, el descubridor del virus del HIV, fue citado a un tribunal en el 2007 para que exponga las pruebas de su descubrimiento.

Bajo los archivos legales originales del juicio en Australia (2007) a un ciudadano acusado de transmitir el virus de manera consciente, y defendido por el equipo de investigación de Perth, el cual afirmó que la investigación sobre SIDA, que duró dos décadas, no presentó un aislado purificado de VIH, no presentó la validación de las llamadas pruebas de VIH, ni ninguna evidencia de que el VIH se transmite a través de fluidos corporales, ni que pueda ni deba producir inmunodeficiencia alguna.
Entre las transcripciones de las declaraciones de Gallo, hay algunos pasajes interesantes, particularmente en la p. 1294, donde hay un enfrentamiento entre Gallo y quien lo acusa que en su estudio original publicado en Nature (mayo de 1986) donde encontraría "evidencia de VIH" solo en el 40% de los pacientes con SIDA y que el 40% no es suficiente para demostrar que el VIH hipotético sería la causa del SIDA.

Estas afirmaciones de Gallo son a menudo extrapoladas de los datos judiciales, de una forma un poco capciosa, por los que sostienen la hipótesis que detrás del virus hay una estafa de las farmacéuticas.
De hecho, extraído de contexto, ciertas frases pueden aparecer como una confesión de culpa, pero si el testimonio se lee en su totalidad, nos damos cuenta de que el testimonio se reduce a una diatriba sobre datos imprecisos y nociones técnicas que Gallo defiende con su cabeza en alto.
Hacia el final del documento, los tonos se elevan y hay una ligera impresión de que la fiscalía obliga a Gallo a expresar palabras que él no quisiera.
Interesantes las páginas 1294, 1300 sobre la incidencia del VIH en relación con el sarcoma de Kaposi, 1318 sobre la carga viral como una demostración de infección.
Texto original del proceso

Ciertamente, hay muchas inconsistencias en torno al SIDA y muchos biólogos tratan coherentemente de resaltarlas.

Entonces podemos abordar el problema desde otro lugar, lo que plantea otra pregunta: de acuerdo con la cuarta ley biológica, todos los virus (los realmente aislados y existentes) son material genético con una cápsula de proteínas, "máquinas" sin vida, sin su propia inteligencia, usada sensiblemente por nuestro propio cuerpo en ciertas circunstancias precisas.
Es indudable que estos productos, que ni siquiera son microbios, hacen lo que se ve en el laboratorio: ¿pero por qué lo hacen, qué son y cuál es su función?
Esta es la pregunta, a la que la cuarta ley biológica intenta responder, señalando la perspectiva de un "microbio patógeno", que se fortaleció hace casi dos siglos por una coyuntura histórica con la teoría microbiana de Louis Pasteur.

Como damos por sentado que sabemos todo sobre microbiología: quiero poner atención a una frase de Gallo, original y literal, pronunciado en la misma corte (página 1292) para aclarar que cuando hablamos de virus, de hecho, estamos hablando de algo que no sabemos qué hace ni cómo funciona:

"... quiero hacer una declaración general al tribunal, de que nadie en la historia de ningún microbio puede entender el mecanismo de la enfermedad o lo que llamamos patogénesis, antes de encontrar la etiología, la causa.
Todavía no sabemos exactamente cómo funciona la polio, todavía estamos trabajando en nuevas líneas de investigación sobre cómo el virus de la influenza causa la gripe ... ".