Es una práctica generalizada tomar medicamentos con la idea de que "curan una enfermedad": si traducimos esta idea al mundo de las leyes biológicas, esto significaría que el medicamento podría forzar la fisiología especial a la normotonía.
Pero los procesos fisiológicos, así como el ciclo nocturno, tienen su curso escrito y necesario, con una fase activa, una PCL-A, una crisis epileptoide y una PCL-B, antes de volver a la fisiología normal.
Una droga no puede interferir con el ritmo de este ciclo natural.
En cambio, puede interferir, e incluso considerablemente,en su intensidad.

Del mismo modo, cualquier medicamento puede tener un efecto específico sobre los síntomas.
Los medicamentos con efecto vagotónico (como los sedantes) o simpático-inhibidor (como la morfina) o con el efecto simpaticotónico (como los esteroides) o vago-inhibidores (como los quimioterapéuticos) pueden influir directamente en la intensidad de la curva bifásica.
Conociendo la posición del organismo en la curva, es posible acompañar los procesos fisiológicos hasta su finalización, limitando los posibles excesos sintomáticos.
Así como, caminando en la noche, podemos ayudar con una antorcha: la noche no será más corta por esto, pero el avance será menos agotador y peligroso.

Los corticoides, por ejemplo, generalmente tienden a sostener una curva más alta durante la PCL, con una efectividad notable en el alivio de los síntomas y, por lo tanto, en hacer el camino más soportable, especialmente en la PCL-B y de una manera menos importante en la PCL-A.
Como sabemos, la curación (es decir, cuidar) está en manos del hombre, pero la sanaciòn (es decir, completar el proceso bifásico) está en manos de la naturaleza.
Por esta razón, los medicamentos deben considerarse instrumentos puramente y exclusivamente sintomáticos (diferencia entre terapia causal y terapia sintomática).
Estas consideraciones son conocidas y explícitas cuando hablamos de resfriados, mientras que en otras ocasiones tendemos a olvidarlas.

Proceso a los fármacos contra el resfrío [ITA]
"Hay 260 virus que causan dolor de garganta, ojos rojos, tos, para vencerlos solo alcanza con el sistema inmunológico.
Pero los productos contra los síntomas abundan. Desde sprays hasta aspirinas. Hasta la cortisona y antihistamínicos. Una guía para entender cuales sirven ".

Esta noticia hace eco de una reciente revisión de Cochrane sobre la ineficacia de los antihistamínicos contra los resfriados, lo que, de hecho, aliviaría ligeramente los síntomas durante los primeros 2 días (PCL-A) y nada más.
La misma noticia reitera un concepto que para la ocasión se limita al resfrío pero, en el paradigma de las leyes biológicas, sabemos que es mucho más importante:
- por cada "enfermedad" no hay "cura" (aquí entendido como "no hay medicamentos que curan").
- los síntomas, cuando no son peligrosos o excesivamente debilitantes, no deben ser suprimidos sino acompañados.

La noticia: "... para este tipo de infecciones, la mayoría de las cuales son causadas por el rinovirus, no hay cura.
Solo se puede intentar hacer soportable el curso natural.
Aunque los expertos señalan que sería bueno no suprimir los síntomas porque son la reacción del sistema inmunológico ... "

Los medicamentos, herramientas para acompañar el curso natural.