4LB,
D: poliomielitis,
D: TUBERCULOSIS,
primera página
Cuando la salud justifica el racismo: TBC, poliomielitis, sarampión, ébola, etc.
Advertencia: este artículo puede no ser inmediatamente comprensible, ya que contiene varios conceptos no ampliamente adquiridos.
El racismo, o la discriminación entre los seres humanos según su origen geográfico, puede tener raíces diferentes en cada individuo: desde aquellos que se sienten amenazados por su identidad por una cultura desconocida, hasta aquellos que se sienten invadidos en su territorio, hasta aquellos que temen que les quiten su hogar o su trabajo; desde aquellos que han tenido experiencias traumáticas en su historia personal hasta aquellos que han tenido una educación inmersa en un pasado o presente de guerras étnicas y religiosas ... y muchas otras razones.
Cada uno tiene sus razones profundas muy respetables, que luego trata de abordar y resolver a través del racismo.
Razones tan particulares y subjetivas que nadie puede saber a priori; probablemente ni siquiera el mismo "racista" las conozca.
Incluso aquellos que están del otro lado, el guerrero comprometido en la lucha contra la discriminación, lo hace con su motivo particular: si leen la Fenomenología de la percepción, saben que estoy hablando de reacciones automáticas, rutinas, para protegerse un poco de un profundo dolor personal o comunitario.
Dado que el dolor personal que la reacción racista protege casi siempre está tan bien escondido que es invisible o pasa inadvertido, la conciencia va en busca de un significado externo que pueda cerrar el círculo, un pretexto que puede dar sentido a esa laceración profunda.
Todos pueden reconocer los pretextos más variados que justifican la marginación de un grupo étnico, pero aquí hablamos del pretexto de la salud, que a menudo cabalga en la ola de los medios y, en los últimos meses, de una manera cada vez más agresiva.
El pretexto del "extranjero portador de enfermedades" ciertamente tiene un origen ancestral, pero a menudo oculta y protege un miedo subjetivo diferente, especialmente cuando el riesgo para la salud no tiene un fundamento concreto y racional.
Empujando aún más, en un mundo donde las leyes biológicas estuvieran culturalmente integradas, el espantapájaros de la epidemia traída por el inmigrante no tendría el más mínimo sentido.
En los últimos años hemos presenciado oleadas de terrorismo mediático sobre el riesgo de "gripes" (aviar, porcino ...), sobre el riesgo de tuberculosis provocado por los desembarcos ilegales, sobre el riesgo del retorno de la polio en Europa debido a flujos migratorios particulares, sobre el riesgo de ébola de África,, sobre el riesgo de sarampión en Colombia, sobre el riesgo de sarna que en los últimos días está impregnando los periódicos.
El temor al riesgo de epidemia está muy enraizado, por lo que es muy eficaz como excusa racial: "no dejes que el extranjero entre y mantenlo alejado porque es peligroso para la salud".
"Somos libres de polio, vete de aquí"
Sin embargo, ya he escrito largamente, ¨enfermedad infecciosa¨ y ¨vectores¨ son conceptos medievales que llegó el momento de dejarlos atrás. [ITA]
Algunas de las llamadas enfermedades "infecciosas" son raras en nuestra opulenta sociedad, no porque la medicina haya ganado la guerra contra el mal, sino porque las condiciones de vida han mejorado drásticamente en las últimas décadas
Las condiciones que, por otro lado, no han mejorado tanto (en algunos casos lo contrario) precisamente en aquellos países de los que huyen masas de refugiados que a menudo viven el terror a la guerra y la falta de necesidades primarias.
Haré generalizaciones que pueden ser riesgosas (recuerde que los 5LB no tienen validez excepto en relación con la experiencia personal del individuo): ¿ podemos no considerar el pánico a la muerte que puede acompañar a un prófugo que, no solo pudo haber estado en riesgo de ser asesinado dentro de su propia casa debido a una guerra espantosa, sino que también ha tenido una gran probabilidad de perder la vida, transportado como un animal, en un barco en el medio del mar?
¿Podemos no tomar en cuenta el terror de una madre que, no solo debe buscar cómo sobrevivir, sino que además, en cada instante tiene miedo de perder a su hijo?
Después de una sucesión de dificultades sin respiro, ¿podemos permitir que el cuerpo de refugiados, aquellos que finalmente pueden poner un pie en un terreno seguro, descansen con un intenso proceso de reparación de los alvéolos pulmonares, la llamada tuberculosis? (Aquí puede profundizar sobre el proceso de tuberculosis)
¿Podemos no imaginar que un organismo en el período de desarrollo, impedido de escapar de una catástrofe, pueda reaccionar a esta condición incesante entre la vida y la muerte? (Aquí puede profundizar sobre poliomielitis)
¿Podemos no sospechar que cada refugiado se ve obligado a vivir "en la piel" una angustiosa separación de sus seres queridos? (Aquí puede profundizar sobre sarampión, sarna y parasitismo).
El racismo, o la discriminación entre los seres humanos según su origen geográfico, puede tener raíces diferentes en cada individuo: desde aquellos que se sienten amenazados por su identidad por una cultura desconocida, hasta aquellos que se sienten invadidos en su territorio, hasta aquellos que temen que les quiten su hogar o su trabajo; desde aquellos que han tenido experiencias traumáticas en su historia personal hasta aquellos que han tenido una educación inmersa en un pasado o presente de guerras étnicas y religiosas ... y muchas otras razones.
Cada uno tiene sus razones profundas muy respetables, que luego trata de abordar y resolver a través del racismo.
Razones tan particulares y subjetivas que nadie puede saber a priori; probablemente ni siquiera el mismo "racista" las conozca.
Incluso aquellos que están del otro lado, el guerrero comprometido en la lucha contra la discriminación, lo hace con su motivo particular: si leen la Fenomenología de la percepción, saben que estoy hablando de reacciones automáticas, rutinas, para protegerse un poco de un profundo dolor personal o comunitario.
Dado que el dolor personal que la reacción racista protege casi siempre está tan bien escondido que es invisible o pasa inadvertido, la conciencia va en busca de un significado externo que pueda cerrar el círculo, un pretexto que puede dar sentido a esa laceración profunda.
Todos pueden reconocer los pretextos más variados que justifican la marginación de un grupo étnico, pero aquí hablamos del pretexto de la salud, que a menudo cabalga en la ola de los medios y, en los últimos meses, de una manera cada vez más agresiva.
El pretexto del "extranjero portador de enfermedades" ciertamente tiene un origen ancestral, pero a menudo oculta y protege un miedo subjetivo diferente, especialmente cuando el riesgo para la salud no tiene un fundamento concreto y racional.
Empujando aún más, en un mundo donde las leyes biológicas estuvieran culturalmente integradas, el espantapájaros de la epidemia traída por el inmigrante no tendría el más mínimo sentido.
En los últimos años hemos presenciado oleadas de terrorismo mediático sobre el riesgo de "gripes" (aviar, porcino ...), sobre el riesgo de tuberculosis provocado por los desembarcos ilegales, sobre el riesgo del retorno de la polio en Europa debido a flujos migratorios particulares, sobre el riesgo de ébola de África,, sobre el riesgo de sarampión en Colombia, sobre el riesgo de sarna que en los últimos días está impregnando los periódicos.
El temor al riesgo de epidemia está muy enraizado, por lo que es muy eficaz como excusa racial: "no dejes que el extranjero entre y mantenlo alejado porque es peligroso para la salud".
"Somos libres de polio, vete de aquí"
Sin embargo, ya he escrito largamente, ¨enfermedad infecciosa¨ y ¨vectores¨ son conceptos medievales que llegó el momento de dejarlos atrás. [ITA]
Algunas de las llamadas enfermedades "infecciosas" son raras en nuestra opulenta sociedad, no porque la medicina haya ganado la guerra contra el mal, sino porque las condiciones de vida han mejorado drásticamente en las últimas décadas
Las condiciones que, por otro lado, no han mejorado tanto (en algunos casos lo contrario) precisamente en aquellos países de los que huyen masas de refugiados que a menudo viven el terror a la guerra y la falta de necesidades primarias.
Haré generalizaciones que pueden ser riesgosas (recuerde que los 5LB no tienen validez excepto en relación con la experiencia personal del individuo): ¿ podemos no considerar el pánico a la muerte que puede acompañar a un prófugo que, no solo pudo haber estado en riesgo de ser asesinado dentro de su propia casa debido a una guerra espantosa, sino que también ha tenido una gran probabilidad de perder la vida, transportado como un animal, en un barco en el medio del mar?
¿Podemos no tomar en cuenta el terror de una madre que, no solo debe buscar cómo sobrevivir, sino que además, en cada instante tiene miedo de perder a su hijo?
Después de una sucesión de dificultades sin respiro, ¿podemos permitir que el cuerpo de refugiados, aquellos que finalmente pueden poner un pie en un terreno seguro, descansen con un intenso proceso de reparación de los alvéolos pulmonares, la llamada tuberculosis? (Aquí puede profundizar sobre el proceso de tuberculosis)
¿Podemos no imaginar que un organismo en el período de desarrollo, impedido de escapar de una catástrofe, pueda reaccionar a esta condición incesante entre la vida y la muerte? (Aquí puede profundizar sobre poliomielitis)
¿Podemos no sospechar que cada refugiado se ve obligado a vivir "en la piel" una angustiosa separación de sus seres queridos? (Aquí puede profundizar sobre sarampión, sarna y parasitismo).
Ver artículo
¿Podemos realmente creer que todo esto le es indiferente al organismo?
¿Podemos creer que una persona que atraviesa tales tragedias se sentiría solo un poco cansado?
¿Podemos pretender que esto no es relevante y reemplazarlo con la imagen ingenua de un refugiado que estaría enfermo solo porque porta gérmenes de una nación sucia e infectada? ¿El refugiado como portador de una fatalidad?
Desafortunadamente no, la enfermedad no sigue las leyes del comercio: porque, por otro lado, si el organismo no vive el peligro de quedarse sin lo esencial (el aire) y morir, no tiene motivo para iniciar un proceso pulmonar y como resultado, las micobacterias silenciosas de la tuberculosis no tienen ningún motivo para "despertar".
Si el organismo no vive una separación dramática de su entorno familiar, no es un terreno fértil para el sarampión o plagas como la sarna.
Mientras no vivas una condición en los límites de la vida, tu cuerpo no tendrá motivos para reaccionar con una fisiología especial.
Lo siento, si realmente quieres enfermarte, acercándote a un prófugo (una persona que busca escapar) no puedes hacerlo.
¿Donde está entonces el contagio?
No existe un contagio, si no en la percepción que el organismo tiene del medio ambiente, que ciertamente puede involucrar a un gran grupo de personas.
Es decir, muchas personas pueden percibir una determinada situación crítica de forma similar y encontrarse en evidente y sensata necesidad biológica de reaccionar.
Si no ha entendido gran parte de lo que acaba de leer, comience a conocer las leyes biológicas y, en particular, la cuarta ley biológica.
¿Podemos creer que una persona que atraviesa tales tragedias se sentiría solo un poco cansado?
¿Podemos pretender que esto no es relevante y reemplazarlo con la imagen ingenua de un refugiado que estaría enfermo solo porque porta gérmenes de una nación sucia e infectada? ¿El refugiado como portador de una fatalidad?
Desafortunadamente no, la enfermedad no sigue las leyes del comercio: porque, por otro lado, si el organismo no vive el peligro de quedarse sin lo esencial (el aire) y morir, no tiene motivo para iniciar un proceso pulmonar y como resultado, las micobacterias silenciosas de la tuberculosis no tienen ningún motivo para "despertar".
Si el organismo no vive una separación dramática de su entorno familiar, no es un terreno fértil para el sarampión o plagas como la sarna.
Mientras no vivas una condición en los límites de la vida, tu cuerpo no tendrá motivos para reaccionar con una fisiología especial.
Lo siento, si realmente quieres enfermarte, acercándote a un prófugo (una persona que busca escapar) no puedes hacerlo.
¿Donde está entonces el contagio?
No existe un contagio, si no en la percepción que el organismo tiene del medio ambiente, que ciertamente puede involucrar a un gran grupo de personas.
Es decir, muchas personas pueden percibir una determinada situación crítica de forma similar y encontrarse en evidente y sensata necesidad biológica de reaccionar.
Si no ha entendido gran parte de lo que acaba de leer, comience a conocer las leyes biológicas y, en particular, la cuarta ley biológica.