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Pánico en Milán: ¿qué es en realidad la tuberculosis?

Cuando no se sabe que es lo que pasa y porque, alguien tiene que ser el culpable.

Sucede hoy. Si un joven tiene tuberculosis en la escuela: son meses de incubación "Se necesitan meses para llegar a una tuberculosis sintomática como aquella que presenta el muchacho- explica el experto- Es por ello que estamos llegando tarde", y es también una forma muy contagiosa: "Está en curso un trabajo para identificar a todas las personas que tuvieron contacto con el muchacho para hacerles el test". Por ahora no hay noticias de otros casos positivos . "No hay que descuidar nada- concluye Ciconali- nosotros avanzaremos con los controles de las personas que estuvieron en contacto y rápidamente les haremos el test".
Fonte: AdnKronos (italiano)

En estos meses de incubación de una forma muy contagiosa de cualquier cosa, para colmo en una escuela llena de gente, sorprende la evidencia de la ausencia de contagios. Pero el pánico es siempre la estrella.

Dejemos que se haga la investigación y que se hagan todas las pruebas. Se descubrirá que algunos tiene la bacteria presente pero ¨dormida¨, otros un poco más activa y otros nada.
Más o menos como en la mayoría de los test en los niños que se hacen en el hospital: aquellos más activos serán puestos en aislamiento.

Veremos en cambio, según el modelo de la cuarta Ley Biológica, qué hace una bacteria tuberculosa, porqué muchos la tenemos en el cuerpo, porqué algunos la tienen dormida y qué es lo que la despierta. (la bacteria se encuentra presente en 1 de casa 3 personas, 95% de los casos en forma latente- datos de la OMS en el mundo).

El Mycobacterium Tuberculosis, como todas las demás bacterias y micobacterias, es un simbionte del organismo, frecuentemente presente en algunos tejidos, listo para ser activado en los procesos coordinados por el tronco cerebral y el cerebelo.
Su función es de desmantelar, caseificar, el tejido en exceso luego de un proceso de proliferación celular.
La TBC (tuberculosis) es entonces, un proceso natural de necrosis del tejido activada sensatamente por el organismo: la forma más típica y famosa es la forma pulmonar, donde la micobacteria interviene en la demolición del tejido de los alvéolos pulmonares, creados en exceso por un proceso de proliferación celular que tiene como finalidad asimilar más oxígeno.
Lo que activa tal proceso es un programa biológico muy antiguo, que responde a la percepción visceral de "no tener suficiente aire para sobrevivir", y se traslada al sentido de "miedo y pánico de morir".
En esta condición, el tronco cerebral que inerva los alvéolos ordena un aumento de su función para absorber más oxígeno, y si es necesario, incluso con proliferación celular. Frecuentemente puede ser asintomática y en realidad la persona, en este estado, respira incluso mejor. Si es diagnosticada en esta fase, la proliferación es llamada "adenocarcinoma pulmonar".
Cuando el organismo logra salir de la condición que lo tiene en la percepción de peligro por su vida, el tronco ordena la caseificación y la destrucción del tejido creado con anterioridad, con la expectoración típica de la sintomatología de la tuberculosis.
El pulmón recupera la funcionalidad normal luego de una TBC en un máximo de algunas semanas (sin recidivas, didácticamente el período más intenso dura un máximo de tres semanas).

El proceso tuberculoso por su naturaleza no sucede solo en los pulmones, sino que puede ocurrir en todos los tejidos de origen endodérmico y del mesodermo antiguo, activados con la misma finalidad de recuperar la funcionalidad normal del órgano.
En los casos más intensos los fármacos sostienen al organismo durante este periodo de reparación tisular.

En el modelo 5LB, por lo tanto, no cambian los medios terapéuticos sino que lo que cambia es la actitud con que se aborda porque:
- el concepto de contagio se cae. Pierde sentido la cuarentena.
- Se convierten en innecesarios los intentos de eliminar la micobacteria. La cual , por otro lado, continúa a transformarse en formas "multifarmacoresistentes" para preservarse.
- Pero sobretodo no sirve estar preocupado por tocar, respirar o hablar con alguno, no se debe aislar a los niños que viven una infancia de esparcidores.
Desgraciadamente la hipnosis profunda y el clima de miedo que se instaura si son contagiosos.

En este sentido no es la fortuna lo que les ha permitido a la familia y a los amigos del muchacho, no ser tocados por la bacteria sino con más precisión: solo el muchacho tuvo la necesidad, y no los otros, de llevar a su fin un proceso personal fisiológico de reparación de los tejidos.



traducción y dirección

Matelda Lisdero

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