ALLTRIALS,
NEWS,
VACUNAS
¿Cómo hago para saber si debo o no debo vacunar cuando la información está manipulada desde la base?
En la diatriba sobre la vacunación, se repite el choque entre fábulas que en el campo de la salud es tan florido [ITA].
De un lado quien está en contra de las vacunas apunta su dedo a los daños a la salud y a la economía, por el otro quien, con buen intento, desaprueba estos opositores ignorantes que ponen en peligro a la sociedad con datos científicos en la mano.
Focalizandome hoy justamente sobre datos científicos que fundan las opiniones dominantes en medicina, no puedo no traer al centro de la atención la campaña AllTrials, que pone el foco en cómo algunas certezas consolidadas e inobjetables frecuentemente se basan en datos poco claros y lejos de ser científicos.
Por desgracia, en estas condiciones, aún los que trabajan en ello se encuentran combatiendo en una batalla de información sagrada, pero con armas defectuosas y peligrosas, tanto como la desinformación que están tratando de detener.
¿Si los datos en la base de la disputa no son íntegros y honestos, sobre que se está discutiendo, en efecto?
"Cuando se dan cuenta de este problema, pacientes y ciudadanos, pero también los médicos y los encargados de las políticas en salud, siguen sorprendidos por lo que hemos tolerado.
Durante treinta años no nos hemos preocupado por resolver el problema, pero ahora es el momento de enfrentarlo y resolverlo para siempre.
En el momento del diagnóstico, del médico hubiésemos querido escuchar cualquier cosa menos la palabra ¨cáncer¨.
Lamentablemente este no es el caso. Cuando, luego de un par de días, mi médico me ha propuesto participar en una experimentación clínica no lo he pensado dos veces.
Independientemente del éxito en mi enfermedad, quiero contribuir a la evolución del conocimiento.
Descubrir que no todos los estudios clínicos son publicados es simplemente espeluznante. Un ultraje a todos aquellos que, como yo, se han ofrecido a participar en estas experimentaciones.
Cientos de miles de personas han participado en estudios clínicos que nunca jamás fueron publicados.
Los doctores desperdician involuntariamente enormes cantidades de recursos en tratamientos menos eficaces de lo que creemos o innecesariamente más caros y los pacientes están expuestos a riesgos evitables resultantes de tratamientos menos efectivos que aquellos por el mero hecho de que los resultados de los ensayos clínicos han sido ocultados.
Las mejores evidencias, actualmente disponibles, demuestran que, en promedio, solo el 50% de los estudios finalizados son publicados, y los estudios con resultados positivos tienen el doble de posibilidad de ser publicados respecto a aquellos con resultados negativos.
Sobre los fármacos que usamos todos los días disponemos solo de información parcial, porque la mayor parte de ellos fue puesto en el mercado hace más de 10 años, cuando la mitad de los estudios no se publicaban.
¿Cómo es posible hacer estudios con voluntarios sanos o peor aún con personas enfermas, sabiendo que no se quieren poner a disposición los resultados?
Es necesario garantizar un acceso inmediato a la metodología y resultados completos de todos los estudios sobre todos los usos de todos los tratamientos actualmente prescritos a millones de pacientes.
Cientos de organizaciones, entre entes financieros, industrias farmacéuticas e instituciones académicas, han adherido a la campaña y han comenzado a pensar seriamente en las posibles soluciones para garantizar la transparencia.
Palabras como confianza y transparencia no fueron nunca estrechamente asociadas a la industria.
Como GSK nos damos cuenta que podemos hacer mucho para ser más abiertos y transparentes en la investigación que llevamos adelante.
Y si los investigadores independientes quieren seguir adelante con una nueva perspectiva sobre la investigación que hemos realizado, será bueno para la ciencia, será bueno para nosotros y, lo que es más importante, mejorará la atención de los pacientes.
Los estudios clínicos no se realizan solo sobre fármacos, sino también sobre tratamientos psiquiátricos, dispositivos médicos, técnicas quirúrgicas y en el ámbito veterinario.
Cualquier persona que financia o conduce estos estudios clínicos debe adherir a esta campaña.
Por supuesto es normal preocuparse por todo lo que puede surgir: todos tienen esqueletos en el armario, pero hoy ha llegado el momento de que las empresas y las instituciones tomen un compromiso.
Es cierto que ocultar los resultados cuesta vidas humanas, desperdicia dinero y expone a los pacientes a sufrimientos y riesgos evitables.
Por lo tanto, creo que no se considera más aceptable afirmar : ¨No lo sabíamos¨.
Mejoremos la medicina: demos valor a los estudios clínicos.
Comparta este video con amigos y familiares y firme la petición en www.alltrials.net."
El estudio del BMJ (mayo 2014) tiene como objetivo evaluar la extensión del fenómeno de la no publicación o del retraso en la publicación de los resultados de los estudios sobre vacunas:
- los resultados de 19 investigaciones clínicas sobre vacunas que analizaron 11527 personas no fueron nunca publicados.
- Sobre 384 estudios sobre vacunas, para los que fueron publicados se constató un retraso en la publicación luego del final de la investigación de 26 meses, tanto para investigaciones esponsorizadas como para las no esponsorizadas.
- Las investigaciones no esponsorizadas tuvieron 4 veces más posibilidades de reportar resultados negativos o mixtos respecto a las esponsorizadas (el reciente caso Tamiflu [ITA] es un ejemplo espeluznante de manipulación de datos ¨científicos¨con fines lucrativos).
De un lado quien está en contra de las vacunas apunta su dedo a los daños a la salud y a la economía, por el otro quien, con buen intento, desaprueba estos opositores ignorantes que ponen en peligro a la sociedad con datos científicos en la mano.
Focalizandome hoy justamente sobre datos científicos que fundan las opiniones dominantes en medicina, no puedo no traer al centro de la atención la campaña AllTrials, que pone el foco en cómo algunas certezas consolidadas e inobjetables frecuentemente se basan en datos poco claros y lejos de ser científicos.
Por desgracia, en estas condiciones, aún los que trabajan en ello se encuentran combatiendo en una batalla de información sagrada, pero con armas defectuosas y peligrosas, tanto como la desinformación que están tratando de detener.
¿Si los datos en la base de la disputa no son íntegros y honestos, sobre que se está discutiendo, en efecto?
"Cuando se dan cuenta de este problema, pacientes y ciudadanos, pero también los médicos y los encargados de las políticas en salud, siguen sorprendidos por lo que hemos tolerado.
Durante treinta años no nos hemos preocupado por resolver el problema, pero ahora es el momento de enfrentarlo y resolverlo para siempre.
En el momento del diagnóstico, del médico hubiésemos querido escuchar cualquier cosa menos la palabra ¨cáncer¨.
Lamentablemente este no es el caso. Cuando, luego de un par de días, mi médico me ha propuesto participar en una experimentación clínica no lo he pensado dos veces.
Independientemente del éxito en mi enfermedad, quiero contribuir a la evolución del conocimiento.
Descubrir que no todos los estudios clínicos son publicados es simplemente espeluznante. Un ultraje a todos aquellos que, como yo, se han ofrecido a participar en estas experimentaciones.
Cientos de miles de personas han participado en estudios clínicos que nunca jamás fueron publicados.
Los doctores desperdician involuntariamente enormes cantidades de recursos en tratamientos menos eficaces de lo que creemos o innecesariamente más caros y los pacientes están expuestos a riesgos evitables resultantes de tratamientos menos efectivos que aquellos por el mero hecho de que los resultados de los ensayos clínicos han sido ocultados.
Las mejores evidencias, actualmente disponibles, demuestran que, en promedio, solo el 50% de los estudios finalizados son publicados, y los estudios con resultados positivos tienen el doble de posibilidad de ser publicados respecto a aquellos con resultados negativos.
Sobre los fármacos que usamos todos los días disponemos solo de información parcial, porque la mayor parte de ellos fue puesto en el mercado hace más de 10 años, cuando la mitad de los estudios no se publicaban.
¿Cómo es posible hacer estudios con voluntarios sanos o peor aún con personas enfermas, sabiendo que no se quieren poner a disposición los resultados?
Es necesario garantizar un acceso inmediato a la metodología y resultados completos de todos los estudios sobre todos los usos de todos los tratamientos actualmente prescritos a millones de pacientes.
Cientos de organizaciones, entre entes financieros, industrias farmacéuticas e instituciones académicas, han adherido a la campaña y han comenzado a pensar seriamente en las posibles soluciones para garantizar la transparencia.
Palabras como confianza y transparencia no fueron nunca estrechamente asociadas a la industria.
Como GSK nos damos cuenta que podemos hacer mucho para ser más abiertos y transparentes en la investigación que llevamos adelante.
Y si los investigadores independientes quieren seguir adelante con una nueva perspectiva sobre la investigación que hemos realizado, será bueno para la ciencia, será bueno para nosotros y, lo que es más importante, mejorará la atención de los pacientes.
Los estudios clínicos no se realizan solo sobre fármacos, sino también sobre tratamientos psiquiátricos, dispositivos médicos, técnicas quirúrgicas y en el ámbito veterinario.
Cualquier persona que financia o conduce estos estudios clínicos debe adherir a esta campaña.
Por supuesto es normal preocuparse por todo lo que puede surgir: todos tienen esqueletos en el armario, pero hoy ha llegado el momento de que las empresas y las instituciones tomen un compromiso.
Es cierto que ocultar los resultados cuesta vidas humanas, desperdicia dinero y expone a los pacientes a sufrimientos y riesgos evitables.
Por lo tanto, creo que no se considera más aceptable afirmar : ¨No lo sabíamos¨.
Mejoremos la medicina: demos valor a los estudios clínicos.
Comparta este video con amigos y familiares y firme la petición en www.alltrials.net."
El estudio del BMJ (mayo 2014) tiene como objetivo evaluar la extensión del fenómeno de la no publicación o del retraso en la publicación de los resultados de los estudios sobre vacunas:
- los resultados de 19 investigaciones clínicas sobre vacunas que analizaron 11527 personas no fueron nunca publicados.
- Sobre 384 estudios sobre vacunas, para los que fueron publicados se constató un retraso en la publicación luego del final de la investigación de 26 meses, tanto para investigaciones esponsorizadas como para las no esponsorizadas.
- Las investigaciones no esponsorizadas tuvieron 4 veces más posibilidades de reportar resultados negativos o mixtos respecto a las esponsorizadas (el reciente caso Tamiflu [ITA] es un ejemplo espeluznante de manipulación de datos ¨científicos¨con fines lucrativos).