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¿La quimioterapia fortalece al cáncer? Hace bien, hace mal.

Una noticia que generó un revuelo en el verano de 2012 fue la publicada en Nature en relación a un estudio que mostró un fortalecimiento de algunos tumores luego de la quimioterapia [Nature - Treatment-induced damage to the tumor microenvironment promotes prostate cancer therapy resistance through WNT16B - 05 August 2012].

Nature, la quimioterapia tiene un efecto bumerang: «Puede fortalecer al tumor» 

La noticia, tomada con los cánones del bien y del mal, del monstruo que se mata con armas químicas, es por supuesto un gran revuelo…¿cómo es posible que nuestra arma más potente no solo no funciona sino que puede fortalecer al enemigo?
Bajo la visión ingenua de que el cuerpo se autodestruye por motivos poco claros, esta es una pregunta muy lícita.

Probemos observar el fenómeno desde otro punto de vista, en el cual el sentido de un proceso biológico, aún tumoral, es aquel de preservar la vida y no lo contrario. Expongo el principio general para comprender el paradigma, pero puede no ser adecuada para situaciones específicas, porque es un ámbito muy técnico que necesita de competencia médica.

En base a la segunda ley biológica, la fisiología trabaja en dos fases: la primera simpaticotónica y la segunda vagotónica.
Todas las, así llamadas, enfermedades siguen estas dos fases pero usualmente los síntomas se manifiestan en una sola.
Los tumores que proliferan conducidos por el paleo-encéfalo estan activos (llamados ¨malignos¨) en la primera fase, la simpaticotónica (Fase Activa).
Los tumores que proliferan conducidos por el neo-encéfalo en cambio lo hacen en la segunda fase, aquella de reparación, o vagotónica (PCL).
Estos procesos biológicos son más o menos intensos en relación a la intensidad de la curva bifásica.

La quimioterapia se basa en ser un “veneno” bastante robusto, que tiene un efecto fuertemente astringente sobre el organismo. “Exprimir” para el cuerpo significa: aumentar la curva simpaticotónica y reducir la curva vagotónica.
En definitiva una sustancia que es tóxica para la célula eleva la curva bifásica en todos los puntos.

Por este motivo podemos tener efectos muy distintos si se administra en uno u otro cáncer.
En el caso de los tumores conducidos por el neoencéfalo (eso es, con proliferación en la fase PCL: bronquios, ganglios, cerebro/glioma…) la quimioterapia eleva la curva interrumpiendo bruscamente el proceso fisiológico. En estos casos el efecto visto del punto de vista de ¨derrotar al monstruo¨ es perfecto, el monstruo se detiene: es como detener todo el organismo por un período, y en esta detención también el tumor se detiene.
Sin embargo, si el cuerpo estaba todavía lejos de terminar su trabajo, cuando el efecto astringente se detiene recomienza con gran celo donde había sido detenido y es posible que, incluso, con más fuerza.
Son estas situaciones en donde la persona, ya aterrorizada, puede ver que la quimio está funcionando deteniendo al mal, pero luego de algunas semanas le dan la noticia de que, por desgracia, el tumor se ha diseminado.
Una sentencia dramática que derrumba su mundo y que puede llevarlo a un estado de aceptación de la muerte.
Los tumores en esta categoría (fase PCL) son procesos de reparación de los tejidos, que en una curva monocíclica ideal (sin recidivas, sin complicaciones y sin shock por el diagnóstico) concluyen su fase aguda en un máximo de 3 semanas (PCL-A).

En el caso de los tumores conducidos por el paleoencéfalo (melanomas, mesoteliomas, adenocarcinomas...) el efecto de la quimioterapia es exactamente lo contrario, motivo por el cual estudios, como los mencionados en la noticia citada antes, pueden revelar que "la quimio fortalece al cáncer".
No siempre, pero sólo en aquellos procesos que operan en la fase simpaticotónica: el efecto es el de amplificar la curva.
Por este motivo, por ejemplo, los melanomas son considerados tumores muy ¨agresivos¨ y difíciles de tratar porque cuanto más le dan más exacerban su misión protectora.
Algunos efectos colaterales son también el resultado de la amplificación extrema de procesos ya activos: la pérdida de cabello es debida a la fuerte acción astringente sobre un cuero cabelludo que está en Fase Activa.
En efecto, la alopecia por la quimioterapia no es un síntoma que se ve siempre, y puede no siempre darse si la persona repite la quimio en otro momento de su vida.

La pieza central de la duda ya no está articulada sobre la cuestión de si tal o cual medicamento es "cancerígeno", porque por más tóxica que sea la sustancia no puede por sí misma activar un programa biológico.
La pregunta sería: ¿Cuándo y de qué manera usar estos ¨venenos¨?

La medicina desde siempre usa venenos para curar el cuerpo, y con gran eficacia en la medida que sean aplicados en el momento justo y en la dosis adecuada.
Por ejemplo, en el caso de un proceso muy intenso conducido por el neo-encéfalo, puede ser muy útil acompañar una curva PCL excesivamente profunda y peligrosa con un astringente que la mantenga hasta terminar el ciclo a un nivel más tolerable.
No se puede por eso decir que las sustancias quimioterápicas hagan mal o bien, sino que se puede decir simplemente que tienen sus efectos.
Si que estos efectos pueden ser muy fuertes, a veces demasiado fuertes, y pueden ser obviamente muy debilitantes e incluso nocivos.
Pero luego de la eliminación de estas sustancias el cuerpo tiende a volver en pie y a recuperar las funciones normales.
Tu pon un poco de sustancia química en tu cuerpo y él se la pasa exprimiendose para defenderse (y puede ser útil), y la eliminará con los sistemas que conoce desde hace algunos millones de años. Luego recuperará su fisiología normal, y si le das un poco más de veneno, él lo toma, ok, no es que pueda decir que no, y reacciona como puede para poder volver lo más rápido posible a la normalidad.

Reconozco que hoy no es posible o es muy difícil elegir hacer algo diferente respecto a los protocolos que prevén suministraciones bien definidas: sin embargo, esto no debe hacer entrar en pánico, ya que puede ser natural que suceda.
Los operadores en el campo de la salud que han abrazado este paradigma están buscando ayudar a la emersión de una medicina centrada en la persona, que tiene la oportunidad de aprovechar el conocimiento de las leyes biológicas y todos los recursos tecnológicos disponibles, incluyendo la quimioterapia, siempre y cuando se pueda obtener un beneficio.
Y así, este sitio pretende dar a conocer lo más posible un punto de vista impactante, a veces a riesgo de herir los sentimientos de las personas involucradas en situaciones dramáticas. Por ello me disculpo si doy la impresión, a veces, de tratar ciertos problemas a la ligera.

Se perfectamente que parecen conceptos demasiado simples e incluso triviales, si se compara con el esfuerzo que hace la medicina cada día para enfrentar al ¨enemigo¨; y añado el hecho de que como no soy un experto en farmacología, la simplificación es para mi una necesidad, además de una elección para poder acercar estos argumentos a la comprensión de todos.
Pero recuerda que es solo información con sólo un fin ilustrativo y no son consejos terapéuticos ni sustituyen la opinión médica.

La fatiga de la complejidad, aquella que hoy enfrentamos en la comprensión de las enfermedades, me hace imaginar en qué forma los navegantes, con cálculos siderales muy complicados en base al sistema ptolemaico, podían orientarse en el mar.
E imagino cómo, gracias a la adquisición del sistema copernicano, ¨de golpe¨, la navegación se transformó en algo mucho más simple, claro y preciso. 



traducción y dirección

Matelda Lisdero

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