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Alto a la guerra ideológica: integremos el conocimiento.

Un médico obtuso, encerrado en sus protocolo, que no ve la realidad que tiene el paciente frente a el, sino aquella que supone o incluso pretende, puede causar un gran daño, sin duda.
No dar la posibilidad de una intervención alternativa al protocolo puede ser muy limitante, pero también es cierto que a menudo el profesional puede estar sujeto a estrictas normas deontológicas y legislativas.
En un mundo ideal en donde el paciente, bien informado, asume la responsabilidad sobre su propia salud, este hecho no es un límite, sino que cae dentro de la simple elección terapéutica.

La capacidad de elegir de manera activa y autónoma su propia cuidado, respetando su singularidad, requiere en primer lugar la presuposición necesaria de la información correcta, que esté públicamente disponible y no manipulada.
Las numerosas asociaciones de médicos y terapeutas, que brindan soporte directamente en este sitio, trabajan día a día los días enérgicamente con este objetivo fundamental: All Trials, Cochrane, Gimbe, Salute Attiva, 500words ...
La información correcta y completa es imprescindible.

Sin embargo, un fenómeno generalizado insinúa socavar la capacidad de una opción de cuidado lúcido y sereno: campañas que denigran a la salud pública y aquellas hacia terapias nuevas, invectiva contra médicos "convencionales" y contra operadores "alternativos", la oposición generalizada a los medicamentos, el terrorismo de lo biológico "lo que es mínimamente procesado mata", la dicotomía, en cada sector, entre lo bueno y lo malo ... en definitiva nada más que peleas entre feudos, entre las cuales una elección consciente se vuelve imposible

Y la peor posición, la más limitante y peligrosa, es la de aquellos que se alinean. Quiero enfatizar, no solo limitante sino también peligrosa.
Ponerse en posición de guerra contra algo, cualquier cosa, produce el único efecto de excluirse de una gran parte del mundo y cortar recursos personales del involucrado.

"No, yo al médico nunca", "yo sólo tomo hierbas, cosas naturales..¨, ¨los lácteos hacen mal¨, "la homeopatía es una estafa", "los médicos alternativos son todos charlatanes" e infinidad de variantes son parte de un fenómeno en fuerte expansión que sólo puede provocar exclusión, alimentando el miedo producto de elaboraciones mentales, que pueden poner en peligro a la persona en el momento en el momento en que necesita el recurso al que se opone.
Un ejemplo es el de aquellos que se encuentran en la necesidad urgente de una sala de emergencias, inmersos en su propia historia mental "No voy a poner un pie en el hospital", en una lacerante contradicción entre supervivencia y coherencia ideológica, pero luego obligados a terminar en el hospital y finalmente relajarse profundamente, porque "alguien finalmente me cuida".
Luchar contra algo, en esencia, se reduce a una lucha contra uno mismo.

La palabra clave es INTEGRAR, y no aislar.
Poder contar con todo lo que está disponible es equivalente a poder contar con las propias fuerzas internas, completas e intactas.
Estoy seguro de que muchos encontrarán paralelismos con las guerras de posición en otras áreas.
En términos de leyes biológicas sabemos que curar es muy diferente a sanar, donde la primera se refiere a la reducción de los síntomas, mientras que la segunda está estricta y exclusivamente en manos de la naturaleza, en los procesos del cuerpo.
Por esta razón, no importa si una persona se beneficia tomando una hierba, otra tomando bicarbonato, otra con un medicamento, otra con una dieta rica en proteínas, otra con una dieta vegetariana y otra con una oración. Todo esta muy bien.
Lo que importa es que el cuerpo pueda cumplir su curación de acuerdo con las leyes de la naturaleza con el menor número de obstáculos posibles.

En este sentido, culpo profundamente a ese médico, a ese terapeuta, a ese periodista, a ese bioterrorista y a cualquiera que crea divisiones ideológicas, porque pueden tener un impacto negativo real en la salud de las personas.
"No hagas esto, no hagas aquello, esto es bueno, esto es malo" es una actitud absolutista que no tiene nada que ver con el cuidado de la persona en su singularidad, y esto al menos debe advertir quién buscan apoyo en el campo de la salud.



traducción y dirección

Matelda Lisdero

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