CONSTELACIONES
La homosexualidad está escrita en las leyes biológicas de la naturaleza
La homosexualidad es un estado hormonal configurado por la naturaleza que tiene como objetivo la estabilidad social.
En este sentido la homosexualidad es necesaria para la supervivencia de la especie.
Hemos ya visto alguna cosa respecto a la filogenesis en la tercera ley biológica y algo sobre la zurdez.
En efecto la orientación sexual no es como la zurdez o el género sexual, algo que se determina con el nacimiento: los caracteres sexuales son definidos como masculinos y femeninos, con raros casos de hermafroditismo y distribuidos casi en una relación 1:1.
La orientación sexual depende en cambio de una ¨balanza hormonal¨, que se mueve durante la vida del individuo de una forma más o menos acentuada.
Para comprender verdaderamente a fondo este tema es necesario adquirir algunas nociones en relación a la corteza cerebral periinsular, pero como es un tema vasto me reservo para seguir tratándolo en el futuro.
El principio de base de donde parte es este: todos los procesos sociales complejos, aquellos que se desarrollan al interior de una familia, de una manada, de una sociedad están escritos y programados por la corteza periinsular.
La corteza corresponde al área cerebral más reciente en términos de evolución, así se puede explicar el funcionamiento observando a los seres biológicos de distintos niveles pero organizarlos linealmente.
Intentaré entonces hacer una síntesis simplificada para comprender sin tantos tecnicismos el concepto.
En la manada de lobos existe siempre el macho alfa, que es aquel que se demuestra más fuerte y con capacidad de guiar al grupo: es él el que tiene, como consecuencia, el derecho de fecundar a las hembras para reforzar a la estirpe.
En esta condición, todos los otros lobos de la manada (lobos secundarios) entran en lo que se llama ¨conflicto de territorio¨, que fisiológicamente reduce el nivel de testosterona en el cuerpo.
Los "lobos secundarios" son todos machos homosexuales, en el sentido que no tienen derecho a aparearse con las hembras, son dominados por el macho alfa, y la disminución de la testosterona lo hace no solo no sentir el deber de tener que vengarse del lobo vencedor, sino adorarlo toda la vida. Son capaces de ¨tirarse al fuego¨por él.Este mecanismo le permite a la manada mantenerse unida y eficaz en la lucha por la supervivencia, sin riesgos de guerras internas que pondrían en peligro al grupo y, en definitiva, a la especie.
El programa biológico especial que se activa en el organismo con el ¨conflicto de territorio¨ es usado por la naturaleza para provocar una suerte de ¨castración¨ que se convierte en una necesidad biológica, permitiendo apoyar, los lobos secundarios, al lobo alfa y a los eventuales lobos de reserva (zurdos).
Este programa es tan eficiente que los lobos secundarios mantienen la capacidad de reproducirse en caso de necesidad.
Los hay quienes son entonces lobos dominados, sea por el alfa o por el padre (homosexuales por el padre), sea lobos dominados por la loba alfa o la madre (homosexuales por la madre, edípico).
Este último apego o sumisión tiene una cualidad distinta respecto al amor que cada ser tiene por su propia madre.
Una relación edípica donde un hombre tiene solo a la madre y no podrá tener una mujer para él, y donde andar con otra mujer significa una infidelidad, se puede considerar en términos biológicos un tipo de homosexualidad de lobo sometido.
Estamos hablando por lo tanto de una balanza hormonal, de niveles de testosterona que no están predefinidos, sino que pueden variar.
Y cuando a un macho le baja la testosterona será más femenino y percibirá el mundo más ¨femeninamente¨, de forma más sumisa y depresiva (se pueden imaginar el lobo dominado con las orejas bajas).
Las hembras ,que tienen más estrógenos y menos testosterona, también ellas sufren conflictos que reducen los niveles hormonales, que siempre se relacionan con el territorio de una manera más femenina, en el sentido del territorio ¨interno¨, aquel de la madriguera; territorio entendido como el propio macho alfa. El ¨conflicto de territorio¨ tiene una connotación más sexual de ¨no ser tomada por el macho¨, ¨no saber si es o no es su hembra¨.
Disminuyendo los niveles de estrógenos, la hembra en conflicto sexual se encuentra en comparación con más hormonas masculinas, comportándose de forma más hiperactiva e agresiva, más como matrona al mando.
Esta balanza hormonal, que varía a lo largo de la vida en base a las situaciones que suceden en la ¨manada¨, sea macho o hembra se mueve de la misma forma fluctuando entre los dos extremos: uno de fuerte masculinidad, agresividad, hiperactividad, liderazgo (estrógenos bajos, conflicto del tipo ¨rol, identidad sexual¨, sobre todo en la ¨manada de origen¨ = familia de origen), y el otro de feminidad, sumisión, dulzura, depresión (testosterona baja, conflicto de tipo ¨sumisión en el territorio¨ sobre todo en la propia ¨manada de origen¨).
Podemos entonces decir que en nuestra sociedad compleja, donde cada uno tiene distintos territorios en los que se mueve, ninguno es sólo una cosa o sólo otra, una sola identidad de un género o de otro, sino que somos una mezcla de todo esto con infinidad de matices que, independientemente a la connotación sexual, vamos de un extremo al otro: existe entonces el macho furioso y alfa, existe el macho más dulce con un poco menos de testosterona, existe aquel así de femenino que comienza a buscar un compañero masculino.
Existe la hembra extremadamente sumisa, existe aquella más agresiva con un poco menos de estrógenos que tenderá a buscar un macho dulce y tierno, existe aquella más masculina que comenzará a buscar otra hembra.
Y estos niveles son técnicamente variables a lo largo de la vida.
Sin embargo, como tenemos la tendencia a vivir como hemos aprendido a vivir (en los primeros meses de vida principalmente), las fluctuaciones son continuas pero es raro y dificil que sean tan amplias como para moverse de un extremo al otro. Difícil pero no imposible.
Los zurdos, a causa de la inversión en el funcionamiento de la corteza cerebral, son más propensos a acentuar las propias características de su género, porque la hembra en conflicto tiende a ser aún más sumisa y femenina y el macho aún más maníaco e hiperactivo.
La cosa cierta que nadie puede evitar: sobre la balanza hormonal estamos todos en una cierta medida femeninos y masculinos, eso es, homosexuales, quien más, quien menos.
Este tipo de homosexualidad es aquella que decimos, de fisiología normal, y refleja la estrategia que la biología ha ideado para el funcionamiento de lo rebaños y también de la sociedad humana.
Existen otras posibilidades como causa de la disminución del nivel hormonal, pero en estos casos no se habla de homosexualidad sino de asexualidad, condición en donde los órganos que producen las hormonas femeninas y masculinas pierden o reducen su función.
Así una mujer puede volverse más masculina con la extracción de los ovarios o por una larga necrosis de los ovarios por fuertes ¨conflictos de pérdida¨, por la píldora anticonceptiva,por venenos...
Un hombre puede volverse más femenino por la extracción de los testículos, por los conflictos de pérdida, por la castración hormonal , por los venenos...
En definitiva el género sexual masculino/femenino es un atributo biológico y entonces no es cuestionable.
El comportamiento y la orientación sexual, que a veces son considerados productos socio-psicológicos, en realidad son también un atributo biológico, entonces no es cuestionable.
En este sentido la homosexualidad es necesaria para la supervivencia de la especie.
Hemos ya visto alguna cosa respecto a la filogenesis en la tercera ley biológica y algo sobre la zurdez.
En efecto la orientación sexual no es como la zurdez o el género sexual, algo que se determina con el nacimiento: los caracteres sexuales son definidos como masculinos y femeninos, con raros casos de hermafroditismo y distribuidos casi en una relación 1:1.
La orientación sexual depende en cambio de una ¨balanza hormonal¨, que se mueve durante la vida del individuo de una forma más o menos acentuada.
Para comprender verdaderamente a fondo este tema es necesario adquirir algunas nociones en relación a la corteza cerebral periinsular, pero como es un tema vasto me reservo para seguir tratándolo en el futuro.
El principio de base de donde parte es este: todos los procesos sociales complejos, aquellos que se desarrollan al interior de una familia, de una manada, de una sociedad están escritos y programados por la corteza periinsular.
La corteza corresponde al área cerebral más reciente en términos de evolución, así se puede explicar el funcionamiento observando a los seres biológicos de distintos niveles pero organizarlos linealmente.
Intentaré entonces hacer una síntesis simplificada para comprender sin tantos tecnicismos el concepto.
En la manada de lobos existe siempre el macho alfa, que es aquel que se demuestra más fuerte y con capacidad de guiar al grupo: es él el que tiene, como consecuencia, el derecho de fecundar a las hembras para reforzar a la estirpe.
En esta condición, todos los otros lobos de la manada (lobos secundarios) entran en lo que se llama ¨conflicto de territorio¨, que fisiológicamente reduce el nivel de testosterona en el cuerpo.
Los "lobos secundarios" son todos machos homosexuales, en el sentido que no tienen derecho a aparearse con las hembras, son dominados por el macho alfa, y la disminución de la testosterona lo hace no solo no sentir el deber de tener que vengarse del lobo vencedor, sino adorarlo toda la vida. Son capaces de ¨tirarse al fuego¨por él.Este mecanismo le permite a la manada mantenerse unida y eficaz en la lucha por la supervivencia, sin riesgos de guerras internas que pondrían en peligro al grupo y, en definitiva, a la especie.
El programa biológico especial que se activa en el organismo con el ¨conflicto de territorio¨ es usado por la naturaleza para provocar una suerte de ¨castración¨ que se convierte en una necesidad biológica, permitiendo apoyar, los lobos secundarios, al lobo alfa y a los eventuales lobos de reserva (zurdos).
Este programa es tan eficiente que los lobos secundarios mantienen la capacidad de reproducirse en caso de necesidad.
Los hay quienes son entonces lobos dominados, sea por el alfa o por el padre (homosexuales por el padre), sea lobos dominados por la loba alfa o la madre (homosexuales por la madre, edípico).
Este último apego o sumisión tiene una cualidad distinta respecto al amor que cada ser tiene por su propia madre.
Una relación edípica donde un hombre tiene solo a la madre y no podrá tener una mujer para él, y donde andar con otra mujer significa una infidelidad, se puede considerar en términos biológicos un tipo de homosexualidad de lobo sometido.
Estamos hablando por lo tanto de una balanza hormonal, de niveles de testosterona que no están predefinidos, sino que pueden variar.
Y cuando a un macho le baja la testosterona será más femenino y percibirá el mundo más ¨femeninamente¨, de forma más sumisa y depresiva (se pueden imaginar el lobo dominado con las orejas bajas).
Las hembras ,que tienen más estrógenos y menos testosterona, también ellas sufren conflictos que reducen los niveles hormonales, que siempre se relacionan con el territorio de una manera más femenina, en el sentido del territorio ¨interno¨, aquel de la madriguera; territorio entendido como el propio macho alfa. El ¨conflicto de territorio¨ tiene una connotación más sexual de ¨no ser tomada por el macho¨, ¨no saber si es o no es su hembra¨.
Disminuyendo los niveles de estrógenos, la hembra en conflicto sexual se encuentra en comparación con más hormonas masculinas, comportándose de forma más hiperactiva e agresiva, más como matrona al mando.
Esta balanza hormonal, que varía a lo largo de la vida en base a las situaciones que suceden en la ¨manada¨, sea macho o hembra se mueve de la misma forma fluctuando entre los dos extremos: uno de fuerte masculinidad, agresividad, hiperactividad, liderazgo (estrógenos bajos, conflicto del tipo ¨rol, identidad sexual¨, sobre todo en la ¨manada de origen¨ = familia de origen), y el otro de feminidad, sumisión, dulzura, depresión (testosterona baja, conflicto de tipo ¨sumisión en el territorio¨ sobre todo en la propia ¨manada de origen¨).
Podemos entonces decir que en nuestra sociedad compleja, donde cada uno tiene distintos territorios en los que se mueve, ninguno es sólo una cosa o sólo otra, una sola identidad de un género o de otro, sino que somos una mezcla de todo esto con infinidad de matices que, independientemente a la connotación sexual, vamos de un extremo al otro: existe entonces el macho furioso y alfa, existe el macho más dulce con un poco menos de testosterona, existe aquel así de femenino que comienza a buscar un compañero masculino.
Existe la hembra extremadamente sumisa, existe aquella más agresiva con un poco menos de estrógenos que tenderá a buscar un macho dulce y tierno, existe aquella más masculina que comenzará a buscar otra hembra.
Y estos niveles son técnicamente variables a lo largo de la vida.
Sin embargo, como tenemos la tendencia a vivir como hemos aprendido a vivir (en los primeros meses de vida principalmente), las fluctuaciones son continuas pero es raro y dificil que sean tan amplias como para moverse de un extremo al otro. Difícil pero no imposible.
Los zurdos, a causa de la inversión en el funcionamiento de la corteza cerebral, son más propensos a acentuar las propias características de su género, porque la hembra en conflicto tiende a ser aún más sumisa y femenina y el macho aún más maníaco e hiperactivo.
La cosa cierta que nadie puede evitar: sobre la balanza hormonal estamos todos en una cierta medida femeninos y masculinos, eso es, homosexuales, quien más, quien menos.
Este tipo de homosexualidad es aquella que decimos, de fisiología normal, y refleja la estrategia que la biología ha ideado para el funcionamiento de lo rebaños y también de la sociedad humana.
Existen otras posibilidades como causa de la disminución del nivel hormonal, pero en estos casos no se habla de homosexualidad sino de asexualidad, condición en donde los órganos que producen las hormonas femeninas y masculinas pierden o reducen su función.
Así una mujer puede volverse más masculina con la extracción de los ovarios o por una larga necrosis de los ovarios por fuertes ¨conflictos de pérdida¨, por la píldora anticonceptiva,por venenos...
Un hombre puede volverse más femenino por la extracción de los testículos, por los conflictos de pérdida, por la castración hormonal , por los venenos...
En definitiva el género sexual masculino/femenino es un atributo biológico y entonces no es cuestionable.
El comportamiento y la orientación sexual, que a veces son considerados productos socio-psicológicos, en realidad son también un atributo biológico, entonces no es cuestionable.