## Última Hora ##
Un momento...
,

Las sustancias cancerígenas: cambiar la pregunta para encontrar la respuesta

Para la serie hace bien, hace mal, vuelvo rápidamente sobre el tema ¨sustancias cancerígenas¨.

No entro en lo específico de alguna sustancia o material particular, sino que quiero centrarme en un dilema: si es cierto que los tumores no son más que reacciones sensibles del organismo a las percepciones biológicas (y si no lo crees, por unos minutos tómalo de forma absurda) ¿Cómo podemos, por otro lado, estar tan científicamente seguros de que la causa del cáncer son las sustancias con las que entramos en contacto?
Elementos químicos, aditivos alimentarios, campos electromagnéticos ... es obvio que estas cosas generan cáncer: fueron creadas por el hombre y estuvieron ausentes en los milenios en los que se desarrolló nuestra civilización.
Además, gracias al progreso tecnológico, hoy cientos de estudios informan evidencia de estas correlaciones.

Una evidencia no se pone en discusión.
Sin embargo, aún la evidencia se apoya en alguna parte
Toma una posición
para observar un fenómeno.
Sin cuestionar el motivo comercial ya explorado en otra parte, los experimentos de laboratorio siempre tienen un objetivo que da sentido a la investigación y dirige la mirada buscando algo.

En el campo de la ciencia médica dominada por las estadísticas, en particular, un fenómeno nunca es "siempre reproducible", pero es probable. Además de la naturaleza de la ciencia médica, hoy en día también existen varios problemas sistémicos que impiden que se puedan reproducir más del 70% de los experimentos. Fuente: Nature
Pero este no es el tema que trataremos ahora.
Ahora admitamos, absurdamente, que un experimento con conejillos de indias es reproducible en el 100% de los casos

Tomemos, por ejemplo, la investigación estadounidense, citada por el mismo Hamer, en la que quería verificar la carcinogenicidad del formaldehído (un desinfectante): se roció una solución concentrada en la nariz de las ratas, su órgano más sensible.
Normalmente las ratas evitan cuidadosamente el contacto con el formaldehído, en cambio en el experimento se roció en la nariz varias veces al día durante todo un año.
Resultado: tumor en la mucosa nasal.
La evidencia muestra que la exposición prolongada al formaldehído causa cáncer.

Esta conclusión es obvia porque el paradigma básico presupone una visión del mundo en la que algunas sustancias pueden causar cáncer.
Un científico extranjero proveniente de otro planeta, con una cosmovisión basada en leyes biológicas, diría: torturé a estos pobres animales durante un año.
Por lo tanto, su organismo reaccionó con sensibilidad a la percepción de "No puedo evitar este olor repugnante", ulcerando repetidamente la mucosa nasal para protegerse y desarrollando una neoplasia.


El experimento podría no ser reproducido por el extranjero con los mismos resultados, y si lo fuera, tendría significados profundamente diversos:
- la conclusión del primero es que la sustancia es cancerígena
- la del segundo es que la modalidad de ejecución y la percepción específica del animal en esa situación es cancerígena.

El "qué y cómo sucede" es perfectamente observable y no es opinable, el ¨porqué¨ es interpretable y depende del observador.

Inmediatamente nos damos cuenta de lo poco que sabemos sobre los seres humanos: ¡sabemos un poco y no tan bien "cómo" funciona el organismo, pero no sabemos casi nada sobre el "por qué" de las cosas más pequeñas!
Observamos la estructura de la piel, de las células que la componen, de los microorganismos bajo el microscopio, observamos con precisión los procesos de ósmosis que absorben y liberan los líquidos ... pero luego, ¡ no tenemos una idea clara de la razón por la cual la piel de dedos sumergidos durante mucho tiempo en la bañera se arrugan!

Permaneciendo en el contexto de los "carcinógenos", hoy no nos enfrentamos sólo a una duda interpretativa: estamos sosteniendo una montaña de datos probabilísticos, a menudo no reproducibles, a los que confiamos la demostración científica de nuestro conocimiento, con una cierta tendencia generalizada de olvidar que estos resultados no pueden ser ni "demostraciones" ni "científicos", sino una probabilidad.
Cómo sorprendernos, entonces, si todos los días nos enfrentamos a estudios que se contradicen entre sí, y una visión estadística impregnada de "efectos cigüeña".

Hoy gracias a la "big data" se realizan muchos meta-análisis (aquí uno reciente sobre formaldehído), y esto ciertamente permite reducir el error estadístico.
Sin embargo, el hecho de que el paradigma del cual queremos observar los datos es siempre el mismo que se reduce a la investigación bio-química, no es posible obtener distintos resultados y conclusiones.

No nos damos cuenta de que la pregunta en torno a la cual todo gira es inflexible: "¿Cómo desarrolla una sustancia el cáncer en el cuerpo?", "¿Cómo se vuelve loco el cuerpo en contacto con los carcinógenos?"
El observador buscará esa respuesta, sin preguntar si la pregunta es correcta.
Y buscar una respuesta a una pregunta equivocada, por supuesto, se convierte en un círculo vicioso de intentos en vano.

Si incluso la "visión extranjera" no tuviera ninguna base, la sola sospecha de esa interpretación es posible, no puede dejar de presionar al investigador científico para ponerla a prueba de forma experimental para poder dar una respuesta a la nueva pregunta.


FAQ: Para responder a la nueva pregunta, ¿cuántas torturas más en conejillos de indias son necesarias? [ITA]



traducción y dirección

Matelda Lisdero

Sigue a el 5LB Magazine