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La esquizofrenia y el porqué del 'falso' intérprete de Mandela

Leer las noticias bajo la luz de las leyes biológicas es siempre más tranquilizador, y a menudo nos damos cuenta de lo revolucionario que es, no sólo en materia de salud, pero en la visión más amplia sobre el ser humano y su esencia.

Los días pasados [2014] fue publicado en las primeras páginas de los periódicos del mundo el caso del así llamado ¨falso intérprete¨ de lenguaje de señas , Thamsanqa Jantjie, en la conmemoración de Nelson Mandela:

Mandela, falso intérprete de señas: "He tenido alucinaciones. Veía ángeles en el estadio"
El hombre acusado de haber usado un lenguaje incomprensible para las personas sordas durante la conmemoración ha dicho que sufre de esquizofrenia: ¨En el pasado he sido violento. He estado un año internado en un hospital psiquiátrico¨ 
Fuente [2014]: Repubblica [ITA], ElMundo [ES]

Esta noticia es para mi sólo un pretexto para mencionar algo acerca de la esquizofrenia, un área en la que la medicina actual, la psicología y la psiquiatría están buscando a tientas en la oscuridad.
El estudio del comportamiento esquizofrénico es en cambio, a través de las 5 leyes extraordinariamente revelador, claro y preciso.
Hamer, en efecto, ha clasificado estos que él llama ¨súper-programas biológicos¨ para la supervivencia, códigos biológicos de comportamiento que se manifiestan en presencia de 2 o más procesos orgánicos que se superponen, coordinados por la misma área cerebral.
Materia amplia que no profundizaré acá pero explico las bases de manera simplificada.

El ser viviente responde con una función orgánica para ponerse a salvo luego de percibir un peligro inesperado; en el momento en que se encontrase en la insostenible circunstancia de tener que enfrentar 2 o más situaciones de peligro al mismo tiempo, pone en acción medidas de rescate que el organismo manifiesta a nivel comportamental.
Estas manifestaciones varían de la agresividad, a la mitomanía, a la megalomanía, a la ¨muerte emocional¨, al autismo, etc. y permiten resistir a una doble y contemporánea posición crítica para la vida.

El hecho de que una persona, como el intérprete sudafricano, pueda volverse imprevistamente e inexplicablemente violento, tiene su lógica en lo que es llamada la ¨balanza hormonal¨, un mecanismo de equilibrio entre los procesos orgánicos activos en el organismo.
Cuando nuestro intérprete sudafricano dice: ¨Me sucede imprevistamente, no se por qué, pero cuando me sucede me puedo volver muy violento¨, nos está implícitamente contando que en su vida siente que debe soportar una injusticia (que activa las vías biliares y/o el estómago), y además otra situación donde su identidad y su rol son continuamente puestos en discusión.
Cuando estas 2 sensaciones están estables, la balanza está en equilibrio; pero en el momento en que una de las dos se relaja o se pone más pesada bruscamente, la persona manifiesta un cambio de comportamiento repentino (en este ejemplo: compulsivo y violento).

Con este simple mecanismo (más detallado para quien quisiera profundizar) es posible asistir a estas oscilaciones maníaco-depresivas que la psiquiatría, incapaz de comprender estos fenómenos, llama ¨trastorno bipolar¨ y la trata prevalentemente con sedantes.

Visto que todos, propiamente todos, estamos bien o mal, inmersos en ¨conflictos¨ de distinto género, lo único que nos diferencia de un así llamado ¨esquizofrénico¨ y en este caso , del intérprete sudafricano, es la intensidad de la experiencia y de la consecuente reacción biológica.
Estamos todos, quien más quien menos, en ciertas situaciones, un poco autistas, un poco compulsivos, un poco megalómanos y todo el resto, en infinidad de combinaciones.

Esta visión debe permitir derribar la arrogancia del juicio sobre el prójimo, que aún cuando está loco, esquizofrénico, ¨encerrado en sí mismo¨, no es ningun modo equivocado o biológicamente distinto a nosotros, sino simplemente esa persona vive en condiciones al límite de la vida y en realidad hace eso que hace porque está instintivamente aferrado a ella.
En un mundo ideal en donde se difundan estos conocimientos no serían necesarias las cárceles ni los manicomios, como algunos pensadores y sociólogos soñaron.

Para actuar como abogado del diablo y aclarar cito al intérprete bajo acusación Thamsanqa Jantjie que dice:
"Durante la ceremonia no había nada que yo pudiera hacer, me encontraba solo en una situación peligrosa. He tratado de controlarme y que el mundo no se diera cuenta de lo que me estaba sucediendo. Había policías armados a mi alrededor¨ [....] "pero las alucinaciones comenzaron en esos 45 minutos [....] Estaba frente a mi gente y no quería que mi intervención fuese vergonzosa, estaba rodeado de guardias. Cuando tuve el ataque de pánico he comenzado a ver los ángeles, he tratado de cualquier modo de contenerlo¨.
Teniendo en cuenta que esto no tiene nada que ver con los impulsos violentos anteriores, por sus palabras se pone en evidencia una buena dosis de miedo y un cierto sentido de persecución…pero la prueba del nueve nos la dá su cuerpo: las alucinaciones sensoriales son en efecto un claro signo de un programa biológico en acción y en el caso de las visiones, se trata de un proceso a cargo de las retinas que se activa en una condición de ¨miedo en la nuca¨, una sensación visceral de ¨bestia al acecho¨ que nos puede atacar de un momento al otro (su continua referencia a los guardias armados nos da una clara idea de esto).

A nivel comportamental estos procesos pueden manifestarse con manías de persecución y alucinaciones visuales, como testimonia el pobre intérprete que, si las cosas son como las describe, se encuentra en un estado de conciencia alterada, aterrorizado, en medio de los ángeles, perdiendo totalmente el control y la concentración sobre la traducción.



traducción y dirección

Matelda Lisdero

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